martes, 13 de enero de 2009

ALGUNAS REFLEXIONES DE HALFDAN MAHLER SOBRE LIDERAZGO Y EQUIDAD EN SALUD

Artículo enviado para ser publicado en el Blog por el Dr Roberto Dávila.

ALGUNAS REFLEXIONES DE HALFDAN MAHLER (*)SOBRE LIDERAZGO Y EQUIDAD EN SALUD

ARGENTINA, AGOSTO 2007

Distinguido auditorio, amigas, amigos.

Estoy convencido que la salud es política y que la política es salud porque a todo ciudadano le interesa. También estoy convencido que toda acción política por la salud, local y globalmente, requiere de un estímulo moral e intelectual permanente. Además, estoy moral e intelectualmente convencido de que la Visión de Salud para Todos y la Estrategia de Atención Primaria en Salud proporcionan fuerzas iniciales significativas y han agregado ímpetu al desarrollo de la salud en todo el mundo.

Dicho desarrollo se basa en el principio de que aquellos que tienen poco en salud y riqueza generarán mucho más para sí mismos, y los que tienen más no perderán nada, pero si tendrán una mejor conciencia social.Continúa..

Veo patrones sorprendentes de desigualdades en los indicadores de salud a través de todo nuestro miserable mundo. No estoy hablando de un primer, segundo, tercer o cuarto mundo. Hablo de un ÚNICO MUNDO, el único que tenemos para compartir y cuidar. Por lo cual continuaré apoyando todo lo que contribuya a proporcionar niveles de salud que permita a todas las personas de este ÚNICO MUNDO tener una vida social y económicamente satisfactoria y productiva.

Siempre he sostenido que la propia creatividad e ingeniosidad de las personas son la clave de su propio progreso y del progreso mundial. La apatía de las personas puede convertir los sueños de desarrollo en pesadillas permanentes. La transformación de la apatía social en productividad socio-económica es el punto de partida de todo desarrollo humano sostenible, creciente y acumulativo. Y un nivel adecuado de salud es el ingrediente básico que nos mueve hacia esa transformación.

Lo que miles de millones de personas alrededor del mundo sub privilegiado necesitan y quieren lo que todos, en cualquier parte del mundo necesitan y quieren: el bienestar de aquellos a quienes aman; un mejor futuro para sus hijos; la erradicación de la creciente injusticia y el inicio de la esperanza.

Así, el desarrollo se relaciona con la creación y expansión de oportunidades para que los seres humanos realicen lo que consideran es su destino positivo.

Es un proceso complejo y usualmente desordenado que involucra la interacción de variables físicas, sociales, económicas y políticas. Y no estamos hablando de tratar con ciencias físicas y ambientes controlados, donde se pueden introducir elementos cuantificables y se puede predecir los resultados. Hablamos de culturas e instituciones humanas, de la forma como las personas se organizan para efectuar cambios en su ambiente social. Hablamos de aspiraciones humanas, derechos percibidos, valores primordiales y emociones y actitudes de la gente hacia esos derechos y valores.

La equidad, entendida como asegurar las necesidades esenciales en salud y las necesidades socio-económicas, particularmente en relación con grupos vulnerables tales como: los pobres, los niños, las mujeres, los ancianos y los discapacitados es para mí el objetivo primordial de todo desarrollo.

En realidad, considero la equidad como un imperativo moral que subsume todas las actividades sociales y económicas.

Creo firmemente que un mayor grado de equidad, que asegura igualdad de oportunidades saludables en una forma más justa y razonable, es una necesidad absoluta para la preservación de una humanidad sana a nivel local y global. No olvidemos que aún existen miles de millones de seres humanos atrapados por la trampa de la pobreza absoluta, en condiciones de vida caracterizadas por la desnutrición, el analfabetismo y la mala salud, una situación que está muy por debajo de cualquier definición de decencia humana.

¿Cómo entonces generar entre los líderes mundiales de hoy en día una “conciencia social” en un mundo tan amoral, si no es que inmoral?

Muy raras veces en la historia de la humanidad este tipo de liderazgo ha sido tan esencial o tan vital; un liderazgo que propague nuevos valores en la sociedad, particularmente los valores que tienen que ver con el progreso social, liderazgo de compromiso, de responsabilidad, de objetividad y de compasión.

Se dice que los líderes tienen un papel significativo en crear ese estado mental que es la sociedad. Ellos pueden expresar los valores que mantienen unida a la sociedad. Ellos pueden concienciar y sensibilizar a la sociedad sobre sus propias necesidades, valores y propósitos. Y no olvidemos que los visionarios siempre han sido los verdaderos realizadores de la historia de la humanidad.

Tengo la firme convicción personal que el liderazgo no es nada sino está ligado a los propósitos colectivos de la sociedad. La efectividad de los líderes debe ser medida, no por su carisma o su visibilidad, o por el poder que sustentan, sino por el cambio social real que crean, medido por la satisfacción de las necesidades y expectativas humanas. Verdaderamente hablo de un liderazgo moral, donde los valores tienen un lugar especial, donde los líderes asumen la total responsabilidad por sus compromisos y en consecuencia producen un cambio social que es verdaderamente relevante a las necesidades, aspiraciones y valores de la sociedad.

La visión de un compromiso para eliminar las inequidades sociales no se puede introducir como un acto de magia. Se debe introducir poco a poco. Se debe incorporar en el sistema político y apoyarse a través de una estrategia y de procesos de toma de decisiones. Debe reforzarse continuamente a través de la búsqueda diligente de hechos y la valerosa exposición de los hechos que demandan justicia y solidaridad social.

Una pregunta que surge a menudo es “¿Puede la salud constituir verdaderamente un marco práctico hacia la justicia y solidaridad social, especialmente cuando estamos tratando con situaciones donde el problema fundamental es la supervivencia; donde la gente está atrapada es un círculo vicioso de extrema pobreza, ignorancia y apatía?”.

La mejor forma como puedo responder a esta pregunta es referirme a los eventos que condujeron a la creación del movimiento “Salud para Todos”. Este movimiento en mi opinión se está volviendo un camino hacia la promoción de la igualdad y la justicia social.

La Asamblea Mundial para la Salud decidió en 1977 que el principal objetivo social de los Gobiernos y la OMS en las décadas venideras debería ser la obtención de lo que se conoce en forma local y global como “Salud para Todos”. Y la Asamblea Mundial para la Salud lo describió como un nivel de salud que le permitirá a todas las personas del mundo disfrutar de vidas sociales y económicamente productivas y satisfactorias. Noten que la Asamblea Mundial para la Salud no considera a la salud como un fin en sí mismo, sino como el medio para un fin. Y ese fin es el desarrollo humano caracterizado por el bienestar y la productividad social y económica.

También notarán que el aspecto social precede al aspecto económico. Y así es como debe ser. Cuando las personas son sólo peones en un juego de beneficio y crecimiento económico, ese juego usualmente lo pierden los pobres.

Pero cuando las personas pueden contribuir ellas mismas activa y voluntariamente al desarrollo social de la sociedad en la que viven, en diferentes áreas como modulando políticas públicas, proporcionando apoyo social a otros, realizando acciones voluntarias en pro de la salud y la educación de la sociedad, o a través de toda clase de actividades culturales; en otras palabras, cuando las personas son socialmente productivas, existe también mucha mayor esperanza para la productividad económica.

Este compromiso moralmente vinculante de Salud para Todos fue la base de la Estrategia de Atención Primaria en Salud que implicaba un compromiso no sólo hacia una reorientación de los sistemas tradicionales de atención en salud -los que deberían llamarse “sistemas paliativos médicos”- sino con un cambio a que la gente tenga su propio control sobre su salud y su bienestar, a tal grado que realmente conduzcan a profundas reformas sociales en salud. Esto implica un proceso de empoderamiento continuo mediante el cual la gente adquiere la habilidad y el deseo de volverse agente social de su propia salud y bienestar.

De ahí que yo en verdad crea que los valores fundamentales de la justicia social y la equidad son la esencia de la visión de Salud para Todos y de la Estrategia de Atención Primaria en Salud. Y esta visión y estrategia pueden en realidad ser una fuerza poderosa y un hilo conductor para alcanzar la equidad y la justicia social. Puede que la salud no lo sea todo, pero sin salud habrá muy poco bienestar.

Usualmente se pregunta: “¿Podemos pagar el costo de la justicia social y la igualdad?” Yo propondría una contra pregunta: “¿Podemos sufragar el costo de la inestabilidad social y económica inherente a las tendencias actuales de maximizar las ganancias?” Los costos generados por la creación de un sistema de atención en salud justo y equitativo puede en realidad causar algunas perturbaciones económicas. Pero se puede introducir la contención equitativa de los costos y redistribuir los recursos.

La justicia y la responsabilidad fiscal no tienen que ser incompatibles. Sólo lo serán si existe una falla de carácter político. A pesar de que ha habido un sólido progreso hacia la Salud para Todos en algunos países, en general el progreso hacia la justicia social y la equidad en salud permanece estrictamente limitado. En mi opinión, una razón poderosa para este limitado progreso en la aplicación de la Visión de Salud para Todos a través de la Estrategia de Atención Primaria en Salud, ha sido la falta de argumentos de sensibilización política generados por investigaciones epidemiológicas, sociológicas y operativas. Por tanto es necesario generar desde todos los niveles locales y globales de la sociedad, mucho más liderazgo que sea una fuerza colectiva que acelere la derrota de las enormes inequidades en salud de hoy en día.

Creo que es obvio, que si las tendencias actuales hacia la desigualdad continúan igual, nuestro mundo estará mucho más poblado, más contaminado, menos estable ecológicamente y mucho más vulnerable a la devastación económica, política y social. Creo que la transición más turbulenta estará asociada con el establecimiento de la equidad para todos los pobladores del planeta.

El liderazgo de Salud para Todos -local y globalmente- se inspira en una visión que no tolera las inequidades inaceptables de la vida, y que tiene fe en el potencial de las personas, en su habilidad inherente para desarrollar y tomar responsabilidad de su propio destino.

En verdad creo que los líderes son aquellos que están dispuestos a asumir estos desafíos.

Son aquellos que están en posiciones de liderazgo político, que pueden enfatizar valores sociales y ser políticamente sensibles a ellos, que sienten con fuerza todo lo relacionado con la equidad, y que pueden encontrar formas de motivar y movilizar a otros.

Son los líderes comunitarios capaces de enarbolar la causa por la justicia y la equidad con más fuerza, preparados para ajustar sus propios valores y métodos tradicionales, y dispuestos a asumir los riesgos.

Son los líderes de millares de organizaciones de la sociedad civil a nivel local y mundial que ya están peleando por la equidad en salud.

Son los líderes en las instituciones educativas y científicas capaces de visualizar en el horizonte las esferas de acción para mejorar las condiciones humanas y de esa forma focalizar debidamente su energía intelectual y también deseosos de motivar a las futuras generaciones en torno a los valores sociales que promuevan la equidad.

Y por último, pero no menos importante, se encuentran potencialmente entre los líderes de todas las religiones del mundo, deseosos de agregar la dimensión espiritual a la lucha por la justicia y la equidad.

Todos aquellos que están peleando por la justicia social y la equidad deben estar más que listos para observar, escuchar, probar, y aprender; deben tener el coraje suficiente para evaluar sin temor el progreso o la falta de progreso para derrotar las inequidades.

Solamente destacando las desigualdades es posible revertirlas.

Esta batalla por la equidad puede ser a menudo frustrante, ya que el desarrollo no conoce límites. Mientras más te mueves por su camino tanto más quieres seguir recorriéndolo. No se puede culpar a la gente por tratar de unirse a aquellos que se encuentran mucho más lejos del camino en el que ellos están. Es parte de la naturaleza humana. Las injusticias, sin embargo, tienen que verse a través de los ojos de los que están más alejados del camino. Pero no debemos dejar que triunfe la injusticia. La palabra inequidad es muy parecida a la palabra iniquidad, es decir pecado.

Para terminar quiero felicitar al pueblo de Argentina y a sus líderes en todos los campos, con todo mi corazón por los progresos extraordinarios hechos en el campo de la salud en los últimos pocos años.

Gracias por su atención.

(*)Médico Sanitarista reconocido mundialmente, ex Presidente de la O.M.S .

Presidió la convención de Alma Ata de 1878 con en el lema "Salud Para todos en el Siglo XXI".

No hay comentarios.:

 
Clicky Web Analytics