MEDICOS DE DOLORES

También nos colocamos la ropa adecuada para nuestro fin, en la que por supuesto no podían faltar las gorras y sombreros (culturalmente uno tiene la idea que para estas cosas hay que usarlos…)

El equipamiento fue excesivamente completo:dos palas grandes,(una de punta y otra que pertenece al “arsenal del humitomovil”,ya que es un vehículo del ejército y tiene todos los accesorios), tres palas chicas(jardineras), un pico grande, un rastrillo playero que le saqué al nene más chiquito mío, dos cucharas de albañil(¡!),un pincel (siempre hemos visto que lo llevan en los documentales),un plato con scones hechos por mi mujer, termo, café, yerba, mentoplus, una ser citrus grande y un agua mineral.

También dos juegos de Handis…..Sí,DOS, no entendí para qué, pero qué se yo; los que nos conocen a los dos, saben que solemos hablar poco y nada (una tarde estuvimos cuatro horas solos en el club social de nuestra ciudad y las únicas palabras fueron: Al llegar: S:<¿Nos sentamos acá?> H: <Dale> Y recién al irnos: S:<Ché, estuvo bueno el día no?> H:<Sí > S:<¿vamos?>H: <Dale>)Así que ni idea por qué se le habrá ocurrido llevar 4 radios.No le pregunté.Igual no usamos ninguno.)

Finalmente, salimos. Agarramos la ruta de las quintas y cuando llegamos al puente giramos a la derecha. Ahí donde está la gran vergüenza dolorense, terrible basural con olores pútridos y desechos desparramados por varios kilómetros, sí justo a metros del balneario municipal, justo a metros de donde se sacará agua para que bebamos en nuestra ciudad; secuela de los que nos dijeron sería el progreso de Dolores. En fin…Pasamos esta zona, tratando de no mirar y no oler, y luego empezamos a hacer los doce kilómetros por el terraplén del canal en dirección hacia su desembocadura. Luego de un rato de manejo nos dimos cuenta que no habíamos prendido el GPS,(¡!), por lo que a ojo calculamos más o menos cuánto podríamos haber hecho y lo encendimos, de paso Humito acotó que estábamos, según el aparato, a 15 mts sobre el nivel del mar, a lo que yo respondí <Ah…>(¿?)

Por suerte el jeep se comportaba correctamente y nuestros chicos también(llevábamos de ayudantes a Matías y José Ignacio Letché y a Francisco Ribé).Al llegar al lugar, aproximadamente calculado, el Dr Humito giró el vehículo hacia el canal, atravesando los montículos de tierra que están a ambos lados del terraplén, quedando el hurricane milagrosamente sin volcarse casi totalmente sobre un costado(el mío).En ese preciso momento, cuando mi corazón estaba a 140 por minuto, todos salvo el conductor, dijeron: mejor nos bajamos y seguimos a pié, total ya estamos. Entonces descendimos y cargamos nuestros bártulos(menos los scones que quedaron en el jeep),fuimos caminando por el lecho prácticamente seco del canal, recolectando todo tipo de objetos, es decir objetos de todo tipo(menos fósiles, cualquier cosa).Latas, cubiertas de autos, trozos de cocinas, hasta un tubo de televisor, de esos blanco y negro(todo un resto arqueológico).Ante este panorama y para no responder los cuestionamientos de todo tipo que habían comenzado a hacer los chicos, decidí alejarme y abocarme a juntar botellas. Sí,había de cualquier forma y tamaño. En un momento, con todo cuidado de arqueólogo experimentado, traté de desenterrar un botellón que parecía antiguo, resultó bastante trabajoso. Cuando realmente me estaba emocionando por haber encontrado “al menos” algo, observé que a la par del objeto preciado había un envase de Activia®, seguramente desechado por alguna gorda constipada y aburrida que acompañó a su marido a pescar meses atrás; Ahí comprendí que más que excursión arqueológica esta no era otra cosa que una historia de cartoneros hurgueteando en la basura.Entonces, nos dedicamos con buen tino, a comer los scones y a tomar mate. Luego regresamos por donde habíamos ido, casi sin mediar palabra y en penumbras ya que el hurricane no cargaba batería por lo que no prendimos las luces y cortamos clavos hasta llegar nuevamente a Dolores. Llegamos, finalmente exhaustos; tengan en cuenta que toda nuestra expedición duró casi y solamente tres horas…Pero fue muy intensa. Y fue entonces cuando nos despedimos hasta nuestra próxima desventura,a las que a esta altura, estoy acostumbrado a pasar con mi amigo. Será por eso que es mi amigo…